0
900 897 890 (Teléfono gratuito) De lunes a viernes de 9 a 17 h
El cloro granulado es una de las formas más empleadas para la desinfección y mantenimiento sanitario de piscinas, tanto privadas como de uso colectivo. Se trata de un compuesto químico con una alta concentración de cloro activo, cuya finalidad es garantizar la eliminación de microorganismos patógenos, algas y otros contaminantes orgánicos presentes en el agua. Su formulación, habitualmente a base de hipoclorito cálcico o dicloroisocianurato sódico, presenta propiedades físico-químicas específicas que lo diferencian de otras presentaciones como las tabletas o el cloro líquido, aportando ventajas en términos de eficacia, rapidez de acción y estabilidad.
El cloro granulado, en su composición más habitual, presenta concentraciones de cloro activo que oscilan entre el 56 % y el 65 % en el caso del hipoclorito cálcico, y superiores al 60 % en el caso del dicloroisocianurato sódico. Esta elevada concentración, junto con su formato sólido, facilita una dosificación precisa y una disolución relativamente rápida cuando se incorpora directamente al agua o mediante disolución previa en cubetas.
En comparación con el cloro líquido, el granulado presenta una mayor estabilidad frente a la degradación por temperatura y luz solar, ya que no se ve afectado por la misma volatilidad. Frente al cloro en tabletas, el granulado ofrece una liberación inmediata del agente desinfectante, lo que permite actuaciones rápidas en tratamientos de choque o correcciones puntuales de los niveles de cloro. Sin embargo, a diferencia de las tabletas de disolución lenta, el granulado no está diseñado para una dosificación continua prolongada, sino para aplicaciones específicas o de mantenimiento periódico.
El cloro granulado es especialmente recomendable en situaciones que requieren una respuesta rápida para la corrección de niveles de desinfección. Su uso es habitual en tratamientos de choque, diseñados para oxidar contaminantes acumulados y restablecer el equilibrio químico del agua, especialmente después de un uso intensivo de la piscina, lluvias intensas, o la aparición de turbidez.
Asimismo, es una opción eficaz para el mantenimiento periódico, siempre que se realicen mediciones previas de la concentración de cloro libre y combinado, y se ajuste la dosis de manera proporcional al volumen de agua y a las condiciones ambientales. En piscinas al aire libre, la adición de estabilizantes como el ácido cianúrico resulta recomendable cuando se emplea dicloroisocianurato, dado que mejora la resistencia a la fotodegradación causada por la radiación ultravioleta.
El mantenimiento de una concentración adecuada de cloro libre residual en el agua de la piscina es fundamental para garantizar la inactivación de patógenos como bacterias, virus y protozoos. La Organización Mundial de la Salud y diversas normativas sanitarias nacionales establecen rangos óptimos de concentración, generalmente entre 1 y 3 mg/L para piscinas de uso recreativo.
El cloro granulado contribuye a mantener estos niveles con eficacia, minimizando los riesgos de transmisión de enfermedades hídricas y evitando la proliferación de algas y biofilm. Además, una correcta desinfección favorece la estabilidad de otros parámetros químicos del agua, como el pH y la alcalinidad total, al prevenir reacciones no deseadas asociadas a materia orgánica en descomposición.
El uso de cloro granulado requiere una manipulación cuidadosa, dado su carácter oxidante y la posible generación de reacciones exotérmicas en contacto con determinadas sustancias. Se recomienda disolverlo previamente en un recipiente con agua antes de verterlo en la piscina, evitando la aplicación directa sobre superficies revestidas de liner o materiales sensibles, ya que podría ocasionar decoloraciones o deterioro.
La dosificación dependerá de factores como el volumen de la piscina, la temperatura del agua, la carga de bañistas y la exposición solar. Un cálculo riguroso basado en pruebas analíticas diarias es esencial para mantener un equilibrio químico óptimo. Asimismo, debe prestarse especial atención al control del pH, que influye directamente en la eficacia biocida del cloro. El intervalo ideal de pH para maximizar la acción desinfectante se sitúa entre 7,2 y 7,6.
Entre las principales ventajas del cloro granulado se encuentran su alta concentración, su estabilidad en almacenamiento, su rapidez de acción y la posibilidad de ajustar con precisión la dosis en función de necesidades puntuales. Esto lo convierte en una herramienta versátil tanto para uso doméstico como para mantenimiento profesional de grandes instalaciones.
No obstante, presenta ciertas limitaciones respecto a otros formatos. A diferencia de las tabletas de disolución lenta, que proporcionan una liberación constante y prolongada, el granulado no mantiene el nivel de cloro de forma sostenida, por lo que requiere aplicaciones más frecuentes. Además, un uso inadecuado, sin disolución previa o con dosificación excesiva, puede generar problemas de corrosión en equipamientos metálicos o irritación en piel y mucosas de los bañistas.
El cloro granulado para piscinas constituye una solución eficaz, precisa y rápida para garantizar la calidad sanitaria del agua. Su empleo es especialmente apropiado en tratamientos de choque y en situaciones que demandan correcciones inmediatas de los niveles de desinfección, diferenciándose claramente de otras presentaciones por su rapidez de acción y estabilidad. Sin embargo, su eficacia está directamente condicionada a una dosificación adecuada, un control riguroso de los parámetros químicos y un manejo responsable. En el marco de un mantenimiento integral, su combinación con otros sistemas de dosificación y control puede optimizar los resultados, asegurando una experiencia segura y confortable para los usuarios.
En nuestra tienda podrás comprar una extensa gama de productos y accesorios de limpieza profesional para hostelería, automoción, industria y hogar.